Salida al pantano.

El tiempo no acompañaba para salir a la mar con el Kayak, así que decidí ir al pantano, ya que el tiempo si estaba bien por aquella zona.
La noche anterior estaba pensando si ir a por lucios y blackbass, o buscar carpas grandes, así que me decidí por las carpas, a ver si con un poquito de suerte supero mi récord que esta en 5'500 kilos.
De madrugada me puse rumbo al pantano, llegué al sitio y empecé a montar las dos cañas, una para las grandes carpas y otra para las normales, por si no querían entrar las grandes, al menos me entretenía con las carpas de tamaño medio que también dan guerra y ofrecen una buena lucha.
Empecé a cebar la zona para atraer las carpas por mi zona y una vez todo montado y cebos puestos, a lanzar y a esperar.
De pronto, el silencio y la tranquilidad se ve alterada por el ruido de mi carrete soltando hilo, ese ruido que tanto me gusta y suena a música celestial, agarro la caña, que por cierto no era en la que yo quería que picaran, y empiezo a recoger pocos metros porque la carpa da otra carrera para el fondo, así que a cansarla y a disfrutar del momento. La carpa empieza a irse para un lado buscando algún obstáculo para esconderse, pero yo no se lo permito, basta con tirar de la caña suavemente para hacerla cambiar de dirección y trabajarla mejor, el pez ya estaba cansado así que con la otra mano, agarro el salabar y lo pongo en la orilla, la carpa estaba vencida, y consigo meterla en el salabar, le quito el anzuelo con mucho cuidado y como siempre, fotito y para el agua.


Se trata de una carpa común que me ofreció una bonita lucha y tal como vino se fue nadando.
La caña que tengo para las carpas grandes, ni se mueve, así que decido sacarla y ponerle el cebo nuevo. Vuelvo a lanzar y espero con ganas que pique alguna de las grandes que alberga este pantano.
De nuevo tengo otra picada, pero al coger la caña, el pez no se engancha, así que cebo nuevo y para el agua.
Obtengo otra picada y agarro la caña, salida de hilo y a cansar al pez, esta vez se trataba de una carpa royal pequeña.

La devuelvo al agua y seguimos esperando la gran picada de las grandes.
Otra vez tengo otra picada de otra carpa, que para el tamaño que tienen son muy guerreras, y esta vez se trataba de otra carpa royal, que como siempre, devolví al agua.


Este día la cosa estaba floja, las grandes no aparecieron y de las normales solo capturé 5, que son pocas ya que un día bueno, suelen entrar más, pero bueno no esta mal y una mañana en el pantano en contacto con la naturaleza es la mejor terapia que existe y me doy por satisfecho, otra día insistiremos para pescar una de las grandes. Como digo yo, la esperanza es lo último que se pierde, un saludo a todos/as y hasta la próxima.

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